domingo, 12 de febrero de 2012

el cuadro

Caer, levantarse, y volver a caer. Así sucesivamente. Es el único modo que hay efectivo para conocer de que pié cojea la vida.
Por ahora sigo en pie, se donde debo, como y cuando, sujetarme.

La semana pasada, asistí a una conferencia sobre el reflejo del arte en la vida cotidiana. Esta giraba continuamente entorno a un cuadro, un cuadro que en apariencia, sin fijarse en detalle, era una playa, en el que aparecían tres personas andando por la orilla de la playa, sin más... Al final de la conferencia, el ponente hizo un zoom a la imagen del cuadro, y se pudo observar con todo detalle, que no eran tres personas caminando, si no dos niños jugando con una cometa. Lo que toda la conferencia trató de decir, se desveló con ese gesto. Hay momentos, muchos momentos, que tenemos algo delante de nuestras propias narices, y pasamos tan rápido por delante de todo, vivimos tan sumamente rápido... que no prestamos atención, y creemos eternamente, lo que nos dicen, o lo que apreciamos, sin nisiquiera habernos fijado bien.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Se trata de que la vida pase por nosotros no pasar por la vida...

LA DESGRACIÁ dijo...

Milagroooooooooooo!!! No por lo del cuadro, sino porque has renovado xDD

Muaaaaaks

iTxaro dijo...

Tendremos que abrir bien los ojos para no perder detalle y vivir mas páusadamente

David dijo...

Disfruto mucho del arte y me encanta vivir de crear diferentes tipos de cosas. Muchas veces me quedo en casa disfrutando de comer algo que encargo al delivery palermo y a la vez trato de crear diferentes tipos de cuadros